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El Abuelo Canoso- Volcán Nevado del Huila |
Abajo la cinta azul
arriba la colorada,
que si no, llega Lujuria
Y Don Julio no deja nada.
Rima de Mencho Santamaria
Entrar a Tierradentro es entrar en el terreno de la cultura nativa viva. La raíz Nasa aquí cala hondo. Las autoridades espirituales tienen voz y tienen voto. Un voto cualificado con el reconocimiento de la tradición, pero también con el haberse involucrado en decisiones de orden vital a la hora de la última gran avalancha del Río Páez de 2008.
Antes de que este evento ocurriera, en los meses anteriores, INGEOMINAS definió zonas de repliegue y señalaron la altura potencial de una posible avalancha. Un Thê´ Wala encargado de la vigilancia por parte de la Asociación NASA Çxhâçxha , después de catiar y ver las señas, indicó que había lugares señalados por los Ingenieros de INGEOMINAS que no debían ocuparse y que la avalancha subiría varios metros más de lo que decían los Ingenieros del gobierno nacional mirando sus aparatos. El promedio histórico de las anteriores avalanchas estaba de parte de los técnicos INGEOMINAS, las señas estaban de parte de quien sabe leerlas, el sabedor o Thê´ Wala. La comunidad le hizo caso los sabedores de “INDIOMINAS” y hoy esa decisión los tiene ubicados en el mundo como una comunidad ejemplar en la prevención y mitigación del riesgo, pues en la gran avalancha de 2008 el saldo fue cero víctimas humanas fatales, gracias a que evacuaron hacia las zonas de repliegue que los Thê´ Wala indicaron.
El número potencial de gente que hubiera muerto obedeciendo a los Ingenieros de INGEOMINAS es una cifra que aún está en discusión y se pone de relieve cuando la Asociación a través de su Equipo Tierra y Territorio les señala a los servicios de emergencia que la demora de 15 minutos en la disponibilidad de la información pueden ser una situación de vida o muerte para muchas personas. El Volcán Nevado del Huila está siendo monitoreado las 24 horas y la publicación de estos datos en la Web demora 15 minutos, lo cual reduce los riesgos, pero en la escala que reclama el sentimiento de quien está hablando de un vecino y no de una cifra, esos 15 minutos son inaceptables.
La distancia entre las dos perspectivas no son solo esos 15 minutos; la distancia entre la visión tecno-científica deI INGEOMINAS y la Nasa del INDIOMINAS, puede ser equivalente a lo que cada una pueda imaginar entre desastre y nacimiento. Mientras los Ingenieros hablan de desastre refiriéndose a la avalancha, el mito de origen de los Nasa dice que ellos nacieron de una avalancha. Mientras los técnicos INGEOMINAS monitorean un Volcán, los Thê´ Wala catean al Abuelo Canoso. Mientras los técnicos ven una montaña, los Nasa ven su lugar de origen. Mientras los Ingenieros confían en sus aparatos tecnológicos, los Thê´ Wala confían en las señales que su cuerpo les da. Mientras los funcionarios de INGEOMINAS se ocupan de lo de afuera -lo físico- la Asociación de Cabildos NASA Çxhâçxha, las Autoridades y los Mayores se ocupan de lo de afuera y lo de adentro –lo físico y lo espiritual-.
Fenónemos le llamamos en nuestras academias a los acontecimientos de la naturaleza; “fenónemo natural” en la visión tradicional es la voz de la naturaleza.
Esta distancia quizá fue la que atrajo al Ingeniero Henry Peralta a hacer su trabajo de investigación en la Maestría en Educación Popular. Un largo título que merece la atención: El caso del Municipio de Páez-Balalcazar-Cauca, entre el grupo OSSO y la Asociación de Cabildos Indígenas Nasa Çxhâçxha, en el proceso de reactivación del volcán Nevado del Huila entre el año 2007 y 2008. Esta distancia es sin duda una inquietud que hace años me ronda y hoy me convoca desde la cultura, como ayer me convocó desde la política. A Henry le atrae investigar la interacción entre el saber tradicional y el saber técnico al interior de INDIOMINAS, mirando el trabajo del OSSO, el Equipo Tierra y Territorio de la Asociación y los Nasa en la crisis de 2008. Insiste en el Diálogo de Saberes. Por mi parte me atrae reconocer una experiencia de educación popular que cumple cerca de 20 años en la construcción de comunidad, que ejerce autoridad en el territorio frente a todos los cuerpos armados y frente a toda una institucionalidad que desconoce la tradición viva de una población nativa amerindia. Precisamente la misma que marcó el despertar del movimiento indígena en nuestro continente, hace ya 40 años.