jueves, 27 de junio de 2013

ACCIÓN POLÍTICA sin VIOLENCIA; EL BIEN COMÚN SE RESPETA o las líneas vitales se agotan

Porque somos fuertes somos serenos. Esta es la significación más exacta de que con nosotros no puede abusarse.
JORGE ELIECER GAITÁN. 7 de febrero de 1948




Las últimas semanas han estado marcadas por el conflicto con el Sindicato Sintraunal, que reclama la contratación a término indefinido de trabajadores que llevan varios años en calidad de “contratistas”. La verdad de mi parte no tengo claro cuáles son sus reivindicaciones concretas y del porqué de tanta beligerancia tanto con la administración de la Universidad como con el otro Sindicato, Sintraunicol.

En los últimos días pintarrajearon las paredes de Sintraunicol acusándolos de vendidos, traidores, patronales, etc. Lo que más preocupa son letreros tan agresivos en los que se ofrece “hasta la vida misma”. una exageración tanto por la dimensión del ofrecimiento como por las causas que lo motivan. Las acciones de este Sintraunal incluyeron situaciones muy delicadas para el funcionamiento de la universidad, como fue cerrar las oficinas de la OITEL y dejarnos sin internet, lo cual incidió de manera negativa tanto o más que cerrar los edificios, mostrando tanto nuestra vulnerabilidad en este terreno como la intensidad de nuestra dinámica en ese medio virtual; es lo que podríamos llamar una línea vital de la cual hace parte OITEL.

Línea vital es un concepto que define aquellos aspectos que ninguna de las partes puede tocar. Una se pregunta si no será necesario que lleguemos a un acuerdo general sobre las formas de protesta interna de tal manera que estas no afecten líneas vitales de nuestro funcionamiento. Me refiero a que logramos que la práctica del bloquear la entrada a la universidad no se hiciera, pues ahora se trata de llegar a un acuerdo interno en que la OITEL no sea afectada; todo esto teniendo en cuenta que las “luchas reivindicativas” se dan en un contexto de universidad pública, no se trata de un enemigo capitalista, se trata de un bien público afectado ya por las amenazas de las políticas públicas del gobierno regional (que hasta el momento sigue sin cumplir con sus obligaciones de ley, llevándonos por el camino de la crisis de los años 90’s) y del gobierno nacional que ha demostrado su nulo interés en fortalecer nuestras finanzas. Y es ahí donde muchos de los movimientos políticos que se mueven al interior de las universidades públicas no han podido resolver ni afectiva ni racionalmente: cómo reinvindicar sus derechos sin lesionar este bien común llamado universidad pública, Universidad del Valle en particular.

No son suficientes las arengas que nos acusan de estar lejanos a la realidad de las comunidades, pues castigan a “justos por pecadores”. Suena feo en  una consigna pero en realidad piden es que haya mayor compromiso y estamos de acuerdo, pero cuando se agrede el bien común se olvida que ahí también estamos quienes estamos comprometidos con procesos comunitarios.

Aquí no hay Davivienda. Aquí estamos en el lugar correcto!