Se cierran los World
Games 2013. El anonimato del evento en el país llamado Bogotá se rompió con la burla,
no con el esfuerzo de dos administraciones y una comunidad que llenó los
escenarios. Llámenos noveleros, faranduleros como dicen los muchachos, pero los
escenarios se llenaron y los deportistas sintieron el calorcito de comunidad.
Imagino cuánto valoran estos deportistas este calorcito, ellos que en muchos
casos fueron incomprendidos por jugar juegos extraños.
La gran equivocación del país Bogotá es que no entendieron
que Mundial es Mundial y esa es su categoría. Acaso, enamoradas de las masas,
creen que por ser practicados en pocos países y por pocas personas no tienen la
categoría de los Olímpicos. Ellas se lo perdieron enredados en las basuras,
Audis, plebiscitos y culos.
Desde la perspectiva cultural, o por decirlo de otra manera,
visto desde el ángulo del sentimiento, estos juegos son de una trascendencia
mayor, si se quiere, que la de los Olímpicos. Aquí concurren comunidades de
margen, aquí se juegan otras sensibilidades del cuerpo, otras perspectivas de
un mismo objeto, un balón, por ejemplo.
Impresionada con el rugby, el ejemplo lo tomo de la misma pista
donde la gente bosteza por 30 minutos y se ilusionan algunos minutos si, algunos
minutos no. Salen enojados porque perdieron o eufóricos porque ganaron, exaltados
en cualquier versión. Y la ciudadanía hace planes para no pasar a la salida del
estadio, en esa zona misma donde hoy se cierran los World Games 2013. Aquí en
las graderías, el último día de competencias rugby, en todo el centro de una
comunidad que se levanta y se inclina cuando un jugador de cualquier equipo
sale lesionado, aplauden a ambos equipos
cuando inician y cuando terminan, es una imagen que contrasta de manera
sobresaliente con esas emociones sin cauce que brotan de cada partido de
fútbol. Y no es que el fútbol produzca nada, es que la comunidad que allí
converge ha sido agitada al ritmo del afán de audiencias, cueste lo que cueste.
Cuando miré la foto de todo occidental alto y bajo llenos de esta comunidad en
la escala nacional, pensé que hasta el Papanatas podría recobrar su fe en la
evolución. Que la organización le haya dado la medalla al mejor deportista de
los mundiales a un sudafricano jugador de rugby, capitán de los Springboks,
los mismos de Mandela, es una casualidad sublime.
En ese contexto, sacar un ciclo paseo era reto sumo. Por un
lado quienes creían que “es el momento compañero” alentaban a la protesta, incluso
“a enfrentar al régimen compañeros”. Por el otro lado quienes acusaban que eso
era saboteo a Cali y saboteo al esfuerzo que estábamos gozando con el ambiente
que vivía la ciudad. ¿ustedes van protestar? No, le contestamos, vamos a
pasear, ¡Eso es protesta! Nos insistieron desde la revolución y desde el orden
establecido. Eso es paseo, insistimos en las redes sociales, y si los extranjeros nos ven, verán una ciudad
alegre, festiva incluso. El Álbum Ciclo paseo World Game 2013 lo prueba.
Montados en ese entusiasmo deportivo y ese sentimiento de
ciudadanía caleña, los ciclistas creamos un espacio de tránsito, una burbuja de
confianza, en medio de una ciudad agresiva, para que gentes de todas las edades
paseen, y en nombre de Cicloamigos convocados, corearon y pitaron, “Es mejor en bicicleta” y “Ciclo Rutas para Cali”. No se vio, ni de
lejos, como una manifestación de la acartonada izquierda del “combate compañero”,
no se vio como un saboteo al sentimiento de alegría de ver a los rolos voltear
cola y muy al miércoles mismo trastearse para Cali, a hacer sus transmisiones. Se vio como un paseo que invento,
quiso recordarle a la ciudad el placer de transportarse en bicicleta y para
ello es indispensable que las condiciones de seguridad y de conectividad lo
permitan plenamente. #CicloRutasCali y Movilidad Segura
son las condiciones mínimas de este sueño. Movilidad Sostenible,la meta.
Gracias a Cicloamigos, por darme la oportunidad de haber
vivido esto, en vivo y en directo. Sin cortes comerciales.