martes, 3 de enero de 2012

DE MONJA A REVOLUCIONARIA; testimonio de Leonor Esguerra.-


Tomada de: http://bit.ly/vVOYMh
Acabo de terminar de leer –de un lapo- el libro “La búsqueda; del Convento a la Revolución Armada: testimonio de Leonor Esguerra”. A lo largo de 310 páginas, la memorialista (Leonor Esguerra) y su amanuense (Ines Chaux Carriquiry) hacen un recorrido por los acontecimientos latinoamericanos y mundiales que revolucionaron tantas vidas entre 1960 y 1994.

Doña Leonor hoy es una mujer de 81 años. Fue compañera sentimental de Fabio Vázquez Castaño, fundador del ELN y es coetánea del cura Manuel Pérez (q.e.p.d), del también cura Domingo Laín (q.e.p.d)  y otros religiosos que se juntaron en torno a la Declaración de Golconda, hito fundacional de la Teología de la Liberación. Un documento explosivo esta Declaración, escrita hacia finales de la década del 60 del siglo XX. Varios curas de ese grupo se hicieron militantes del ELN. Ella también, durante más de 20 años. Por supuesto no todos los curas que firmaron la declaración de Golconda asumieron el camino de la “lucha armada”; entre los firmantes estaba Monseñor Gerardo Valencia Cano, gratamente recordado por las gentes del Litoral Pacífico como un benefactor de los pobres.

La narración de "La búsqueda" no es objetiva pero tampoco panegírica. En todo momento se respira el tono íntimo de un relato personal, que explora su sentir y dialoga con las evidencias que dispone en su trasegar. Se le nota el amor hacia aquellos que amó en su momento; en lo personal creo que es el relato en el que mejor le va a Fabio Vázquez Castaño, que está condenado hasta en los documentos oficiales del ELN. A doña Leonor se le nota la entrega a la causa de los pobres, tanto con el hábito de monja como con el hábito de revolucionaria.

Como directora del Colegio Marymount, tanto en Bogotá como en Medellín y Barranquilla, incluso como Regente Regional de la Orden de las hermanas del Sagrado Corazón de María, fue una innovadora pedagógica radical, hasta el punto de aliarse con comunistas ateos reconocidos como el maestro German Zabala y abrir un colegio popular en el barrio Gaitán de Bogotá. El experimento terminó con el señalamiento de infiltración comunista en el mismísimo Colegio Marymount donde se educaban hijas de Generales, Ministros y personalidades colombianas; escándalo nacional e internacional!

Leonor Esguerra quiso hacer obra la Encíclica Populorum Progressio. Y eso la llevó a ser militante del ELN, pero no tanto por las ideas de esa Encíclica, que ella asumía de manera radical, sino por las circunstancias que se oponían a la realización de lo allí planteado.

Ya al final de su relato y fuera de la pasión de sus años de militancia religiosa o política, concluye que la revolución de esa Encíclica y la reacción de la comunidad católica encerrándose en una tradición caduca, se parece mucho a la reacción del ELN frente  la disidencia política que cuestionaba sus planteamientos. Dos dogmatismos que se resisten a las transformaciones contemporáneas.

Concluye asumiendo la necesidad de una revolución de la mujer –frente al patriarcado que es una institución mucho más antigua que la burguesía-, reconoce la necesidad de asumir el tema ambiental y declara su entusiasmo por la revolución cultural de internet. En la actualidad declara su neutralidad activa –que aprende de los indígenas- trabajando “en pro de la paz porque cuando la guerra se deja escalar al punto que ha llegado en Colombia, el conflicto se degrada, porque la lógica de destrucción acaba involucrando indiscriminadamente no solo a los combatientes sino al resto de la sociedad civil”

Este es un libro para leer y compartir con todas aquellas interesadas en conocer y reconocer las iniciativas de cambio social, político y cultural, que hoy por hoy desbordan las llamadas izquierdas históricas.

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