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Tomado de Kinophilia |
“Ser ciudadano da mucho
trabajo”
José
Saramago
En las
últimas semanas, en la comarca, se mueven las redes sociales a favor del VOTO EN BLANCO en el Valle del Cauca. Lo que empezó siendo una anécdota más de las
campañas virtuales, se fue convirtiendo rápidamente en un ícono frente a las
pretensiones clientelistas de los barones políticos y frente al saqueo que las
huestes “del vecino de Dapa” hacen -por ejemplo- del Hospital Universitario.
Los
barones políticos, de vieja data, dicen que su candidato es de “manos limpias”; lo único que falta es la promesa de salvarnos de
la mano negra. Los investigados, nuevos barones ellos, por su parte dicen muy
poco, solamente que en serio van a ganar; esta semana a Francined lo tenían en vueltas
por Bogotá con eso de su inhabilidad.
La
pobreza de estas elecciones en el Valle del Cauca es tan miserable en debate
público que los dos más opcionados se tiraron a la línea de la ofensa, el uno
pidiéndole títulos al otro y el otro pidiéndole certificaciones al uno. Ubeimar contestó que a él títulos no le
busquen, que tiene 40 años de experiencia y es buen lector. Francined ya contestó que está pa
las que sea, que le esculquen los bolsillos que su plata es legal.
En un
panorama ausente de programas en el imaginario de los electores, gana las
elecciones quien tenga maquinaria política, porque ¿de dónde sacar ganas para
votar? Pues del fiambre, obvio; puestico o dinerito, teja y cemento, Blanco del
Valle.... no cambia mucho el asunto. Los resultados no podran ser otro que la
ruina. El pulso entre esas dos tradiciones, la una pegada a dádivas y puestos,
la otra jugada por el presupuesto como botín, no resuelve la gobernabilidad del
Departamento. Por eso el
VOTO EN BLANCO es decirle no a ese juego.
¿Y esa
opción del
VOTO EN BLANCO no es muy cara? Preguntaron algunas en las redes. Esa
opción vale 26.000 millones de pesos. Mucho menos de lo
que seguramente nos costaría si ganara el baron político tradicional en cuerpo
de Ubeimar o el barón político emergente en cuerpo de Francined.
Si el
domingo el
VOTO EN BLANCO supera su histórico casi nada de los porcentajes a un algo visible desde un titular de prensa, será un logro sin
precedentes en el Valle del Cauca. Pero no creo que se trate un acto así de
vanidoso. Se trata de arañarle a la abstención su abulia, de mover el cuerpo
hasta la urna y marcar en BLANCO, asumir la responsabilidad civil de cumplir
con un deber ciudadano, para saber cuantas creemos en otra cosa, cuantas
estamos dispuestas a crear otro futuro. A Re-existir, como insiste Guillermo
Santamaria.
El
lunes, después de elecciones, ese
porcentaje no importa cual sea podría
empezar a andar con el torrente que viene de Bogotá por un Referendo Derogatorio de la Reforma de la Justicia y montarnos en ritmo de constituyente
primario por un Acuerdo Regional.
¿Va pa
esa?